martes, 9 de marzo de 2010

POLTERGEIST

No hay una definición única para esta palabra, como siempre pasa en parapsicología, se encuentran diversos significados que no siempre son coincidentes para definir un concepto. En el caso de la palabra poltergeist lo que si es seguro es que corresponde a la unión de dos palabras alemanas polter (ruido) y geist (espíritu o duende) y que podría traducirse como “duende ruidoso”. Esta palabra englobaría una extensa gama de fenómenos parafísicos que suelen aparecer de forma espontánea y que, en la inmensa mayoría de los casos, suelen desaparecer de igual forma.




Generalmente los fenómenos que suceden son sonoros: raps, voces paranormales, ruidos inexplicables, etc. Cinéticos: movimientos de objetos sin causa natural aparente, vibración de objetos o incluso en paredes, suelos y techos, aparición de sustancias extrañas de forma inesperada. Ópticos: luces, estáticas o en movimiento, aparición de figuras fantasmales, nieblas… Y luego fenómenos que son de lo más variado: desde olores, tanto agradables como repugnantes, como sensaciones de peso, roce o incluso agresión por parte de la nada más absoluta, cambios bruscos de temperatura… Estos son solo unos cuantos ejemplos, el poltergeist puede mostrar un amplio abanico de demostraciones físicas que varía de un caso a otro.

Se cree que dichos fenómenos se podrían ligar a una persona especialmente sensitiva, con mucha frecuencia niños o adolescentes de ambos sexos. Hay quien defiende que más bien se producen vinculados a un lugar físico: puede ser una casa, una iglesia, un antiguo castillo o un moderno edificio. Otros definen esto último como un caso de infestación. En todo caso se sabe muy poco de este fenómeno: desconocemos el origen y el desencadenante. Son seres que reclaman nuestra atención desde el otro lado, o por el contrario es la energía descontrolada de un adolescente en plena explosión hormonal, estas son las dos hipótesis más defendidas, pero hay muchas más. Cada cuál que decida y, si quiere, que investigue.
Situado, más o menos, el fenómeno ya nos podemos centrar en lo que realmente interesa, la película. En el año 1982 se produjo su estrenó con muchas papeletas para convertirse en un clásico. Para empezar la producción corría a cargo de Steven Spielberg, lo que ya es un seguro de éxito, si hay un rey Midas en las últimas décadas en la industria cinematográfica, es él. En segundo lugar, la música es de Jerry Goldsmith, de quien ya comenté su participación, para mi importantísima, en la película de la Profecía y del que seguro que voy a hablar muchas más veces porque es un compositor prolífico y fantástico, os apunto unas cuantas películas a las que ha puesto música: toda la saga de la Profecía, toda la saga de Poltergeist, Alien, Papillon, el Planeta de los simios, Patton, Gremlins… sólo una pequeña muestra.

El argumento es el siguiente: una familia de clase media norteamericana, los Freelings, vive en la urbanización Cuesta Verde promocionada por la constructora para la que trabaja el padre como agente comercial. La familia está compuesta por un joven matrimonio Steven (Craig T. Nelson) y Diane (JoBeth Williams) y sus tres hijos Dana (Dominique Dunne) adolescente un tanto insufrible y que prácticamente no tiene protagonismo, Robbie (Oliver Robins) el único varón, un niño de lo más corriente y por último la pequeña Carole Anne (Heather O’Rourke) una preciosa niña de unos cinco años que es el epicentro de todo el fenómeno y por supuesto el sufrido perro de la familia que no gana para sustos, creo recordar que su nombre era Bas, o algo similar..

Su vida es aparentemente normal, hasta que un día, sin que ocurra nada especial, empiezan a pasar cosas extrañas. El primer suceso que, en cierto modo, anuncia lo que está por venir es la muerte del pájaro de Carole Anne. A partir de ese momento es cuando comienzan los fenómenos. Será precisamente la niña la primera en tener contacto con lo paranormal. La frase : “Ya están aquííííí” ha pasado ya a formar parte de la historia del cine (es una de las pocas frases que dice puesto que para comunicarse, a esta niña le basta con unos cuantos irritantes: ajá, ajá, ajá). El primer acercamiento de Carol Anne con los espíritus o lo que sea que hay en la casa, es a través de la pantalla del televisor justo cuando este ha desconectado de la programación. Después son pequeños movimientos de objetos, cosas que parecen tener una explicación perfectamente natural por lo suave del fenómeno, así que al principio pasan desapercibidos.


Rápidamente los extraños sucesos se hacen visibles y, en un primer momento, divierten a la familia, es inolvidable la escena de las sillas haciendo malabares o el desplazamiento “mágico” de personas en el suelo de la cocina. Pero lo que era un entretenimiento empieza a convertirse en una pesadilla pues lo que parecía un simple juego se transforma en un ataque en toda regla a la familia; el momento culminante es cuando un árbol (así como suena)atrapa a Robbie mientras Carole Anne se evapora. Y, para extrañeza de todos, la niña se comunica a través del televisor.

La familia decide acudir a un grupo de parapsicólogos para recuperar a la niña. Los investigadores están acostumbrados a casos bastante más insustanciales y, viendo que el caso les queda, no grande sino enorme, deciden contactar con una médium, Tangina (Zelda Rubinstein) de lo más delirante, pero que curiosamente, logra rescatar a Carole Anne y resolver el caso… o al menos eso es lo que parece.

Hasta aquí el argumento. Si es que hay alguien que en este planeta no ha visto esta película, con esto tiene más que suficiente para saber de qué va la historia y, creo yo, para despertar su curiosidad. La película no defrauda. Es rápida, pasan casi constantemente cosas y tiene un cierto sentido del humor que siempre es de agradecer.

No recurre constantemente a escenas desagradables, aunque alguna hay. La del parapsicólogo cuando se está preparando la cena en la cocina de la casa de los Freelings, es repugnante pero impresiona y la de piscina es francamente escalofriante, más aún cuando te enteras, según han reconocido tanto la actriz JoBeth Williams, que es quien protagoniza la escena, como Craig Reardon, el encargado de los efectos especiales, que los esqueletos que aparecen son reales, y es que Reardon comentó que era más barato trabajar con esqueletos reales que comprarlos falsos. Sin comentarios.

Esta frase disparó la rumorología sobre maldiciones, y es que aquí llegamos a mi parte favorita: la fama de maldita de esta película. Parece que hay una máxima no escrita en el cine de terror que funciona a la perfección: rodea tu película de un halo de malditismo y tendrás un éxito seguro. Tengo que reconocer que en Poltergeist los rumores de maldiciones empezaron a circular años después de su estreno, por lo que la emoción sube unos cuantos enteros. ¿Está realmente maldita?

La primera muerte es la de Dominique Dunne, totalmente cierta, que fue asesinada por su novio. Su muerte se produjo al poco tiempo de estrenarse la película, por lo tanto en las siguientes partes se prescindió del papel de la hija mayor, cosa que no importaba demasiado puesto que no tuvo prácticamente protagonismo. Es bien conocida la muerte de la niña protagonista Heather O’Rourke al terminar el rodaje de la tercera entrega, pero no voy a adelantar más sucesos, ya que creo que merece la pena repasar la lista de muertes y dramas después de comentar la saga, y es que algunas de las personas que mueren, supuestamente por la maldición, no aparecen en esta primera entrega.



Eso sí, para ir abriendo boca, podéis visitar esta página que cuenta algunas anécdotas sobre la película, sobre todo como se suavizaron algunas escenas para hacerla más apta para todos los públicos.

http://tepasmas.com/curiosidades/poltergeist

Para ver y descargar la trilogía, eso sí por favor, ver en orden que siguen un hilo argumental (un poco traído por los pelos en la tercera parte, pero se deja ver):

http://www.peliculasyonkis.com/buscarPelicula.php?s=poltergeist

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