jueves, 17 de marzo de 2011

DIEZ DE COPAS

Esta carta es especialmente luminosa. Podríamos dividirla en dos mitades claramente diferenciadas: la superior es un radiante semicírculo, tal vez un arco iris, conformado por diez copas. La parte inferior es un paisaje terrenal idílico, una pareja con dos niños que juguetean, ante lo que bien podría ser una casita de campo, rodeada de árboles junto a un río.

Como suele decirse, tras la tempestad viene la calma; el arco iris aparece en el cielo después de la lluvia, cuando el cielo comienza abrirse y vuelve a brillar el sol. Como señaló Rachel Pollack, el arco iris representa la alianza de Dios con los hombres tras el diluvio universal, simbolizando su compromiso de no volver a castigar a la humanidad con otro diluvio.



De hecho el arco iris es una representación benéfica, siempre trae buenos augurios y se asocia con la benevolencia divina. En la mitología griega, la mensajera de Zeus y, sobre todo, de Hera, se llamaba Iris. Era hija de Taumante y Electra y se representaba por un arco iris. Sus alas eran de oro y portaba un caduceo. Aunque luego su papel de mensajera de los dioses pasó a ser de Hermes. En la Edad Media, las representaciones de Cristo sentado sobre un arco iris presidiendo el juicio final. En algunas culturas, se cuenta la hermosa leyenda de que hay un tesoro al final del arco iris.

Todo ello puede resumirse en dos significados básicos felicidad y bienestar. El arco que forman las diez copas parece una especia de cúpula que protege a los felices personajes de la parte inferior de la lámina. Hay un detalle que siempre es interesante resaltar de esta carta. Las copas, en la sucesión numeral, aparecen, a excepción del Siete de Copas, siempre sostenidas por unas manos o sobre alguna superficie, sin embargo, en esta carta vemos como se sustentan en el aire sin apoyo ninguno.

Y esto es porque la felicidad que representan no es tanto material como emocional. Recordemos, además, que el número diez nos habla de final de ciclo, aunque no olvidemos que siempre un ciclo se cierra para dar paso a otro nuevo; ya sabemos que el Universo nunca permanece estático, su forma de expresarse es el movimiento.

En la parte inferior podemos diferenciar tres partes. La primera la apreciamos en el fondo de la lámina en el que distinguimos el tejado de una casita campestre junto a un río, todo es verde, los árboles son frondosos, es una especie de representación naif de la estabilidad material sin grandes ambiciones ni lujos. Aquí no hay suntuosos palacios o elegantes castillos, es una casa en plena naturaleza, la simpleza puede darnos mucha más seguridad que la ostentación.

Las otras dos partes son dos grupos de figuras, a la derecha vemos dos niños pequeños que bailan, seguramente al ritmo de alguna canción infantil que ellos mismos están cantando. A la izquierda, una pareja de adultos, dándonos la espalda, parece celebrar el arco iris. Podríamos decir que las cuatro figuras componen la familia feliz que habita la casa.

Los adultos parecen una pareja de siameses unidos por la cadera, en realidad son la representación de la doble polaridad presente en toda la existencia. Ambos se complementan pues son las dos mitades que componen un todo, la idea de polaridad se refuerza por los colores dominantes de sus vestimentas: color rojo para el hombre, que es la parte masculina-activa y azul para la mujer que es la femenina-pasiva. Pero podemos apreciar que también poseen una parte del color contrario: el hombre el azul del pantalón y la mujer el rojo de los bajos de su falda, es una especie de símbolo de ying-yang.

En ese todo que ambos forman, vemos que la mujer levanta hacia el arco iris su brazo derecho y el hombre su brazo izquierdo, las palmas hacia arriba en actitud de recibir, ellos están expectantes y jubilosos ante la felicidad y la alegría que el arco iris pueda otorgarles. En cambio, los niños juegan ajenos a todo, ellos representan la felicidad que es consustancial a la infancia, puesto que forma parte de su naturaleza; cuando lleguen a la edad adulta, empezarán a buscar esa alegría “fuera” de ellos, de momento, la encuentran “dentro”. Inocencia y felicidad tienen muchos puntos en común; la pérdida de la primera, disminuye en gran medida la capacidad de experimentar espontáneamente la segunda.


Significados generales: Es una carta especialmente familiar. Sus significados son de éxito y felicidad de orden sobre todo emocional. Armonía familiar, amor (especialmente en el campo del hogar). Celebraciones en el ámbito familiar: bodas, bautizos, compra de una casa, un coche, etc. Estabilidad psíquica, tranquilidad, armonía. Generosidad. Ambiciones realizadas, fama, buena reputación. Éxito en los negocios. Recompensas, honores. Representa a la persona perfectamente integrada en su entorno más cercano: familia, vecinos, amigos…
Al ser una carta especialmente familiar puede hablarnos del pueblo o lugar de origen.

Invertida: Disputas familiares. Enfrentamientos y pleitos entre varios miembros de la familia. Puede representar una familia completamente desestructurada. Pérdida de una gran amistad. Fidelidad mal recompensada. Murmuración, mezquindad. Ira. Violencia incluso física.

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