domingo, 13 de mayo de 2018

NUEVE DE ESPADAS


Continuando el recorrido por el palo de Espadas, llegamos al Arcano número 9. Se trata de una carta con una imagen que refleja gran tristeza, que transmite una sensación de desamparo. En una habitación oscura, presidida por nueve espadas alineadas horizontalmente, una figura incorporada en una estrecha cama, se tapa la cara con ambas manos.
Centrando la atención en la figura humana, se abre el primer debate: ¿es un hombre o una mujer? He leído versiones para todos los gustos, incluso una que apunta a que se trataría de una figura andrógina. Pero creo que el sexo de este personaje es lo de menos, lo importante está en las emociones que transmite.

Ese gesto desolado puede deberse a que ha tenido una pesadilla y se ha despertado bruscamente. Puede ser también que se trate de una noche de insomnio, en la que los problemas, los miedos y preocupaciones abruman tanto a la mente que esta es incapaz de encontrar un momento de descanso. O puede tratarse de un dolor tan hondo, tan sentido que nuestro personaje llora con desconsuelo. Sea cual sea el motivo que hace sufrir tanto al personaje de la carta, pesadilla, dolor o mente a 1.000 revoluciones, el caso es que se trata de una imagen que refleja de una forma muy gráfica uno de los grandes temores del ser humano: quedarse a solas con sus propios pensamientos.
 

Si te das cuenta, la gran mayoría de las personas huye de soledad y el silencio como de la peste. Vivimos en un mundo de ruidos, prisas, colores, olores,… cientos de estímulos que mantienen nuestra mente entretenida recopilando, procesando, asociando y clasificando datos. Pero en esos momentos de silencio y oscuridad, en el recogimiento de la noche, cuando no hay distracciones externas, la mente comienza a hacer lo que mejor sabe hacer, que es pensar. Y ahí es cuando empiezan a surgir los miedos, las angustias, los reproches, las culpabilidades. Cuando nos enfrentamos con nuestro yo sin máscaras, sin disfraces…

Todos esos sentimientos y emociones sintonizan muy bien con esta carta. No podemos apreciar si las nueve espadas que vemos sobre el fondo negro flotan en el aire o están colgadas de la pared. Esto quiere decir que no sabemos a ciencia cierta si esas angustias y preocupaciones mentales (recordemos que estamos hablando del palo de Espadas) son temporales y más imaginarias que reales, o bien se trata de amenazas reales y tangibles. Aquí viene muy al caso una definición que la mística santa Teresa de Ávila hacía de la mente denominándola “La loca de la casa”. Muchas veces la mente nos provoca miedos irreales pero que vivimos como algo muy posible y cercano.

En todo caso, las espadas no tocan a la figura, ni se clavan en ella, cosa que si ocurre en la próxima carta, el 10 de Espadas (si creías que la imagen de este Arcano es el horror de los horrores, ¡espera a ver la siguiente!). Esto refuerza la idea de que este dolor, este miedo es más psicológico y mental que físico y material. Es importante observar que las espadas van de izquierda a derecha, es decir desde el pasado hacia el futuro. La empuñadura, desde donde se controla y se dirige la fuerza de la espada, está en el pasado, el filo recorre el presente y la punta va hacia el futuro (pero no vemos el final de la espada, igual que no podemos ver el futuro, solo una aproximación). Manejar las situaciones anclándonos en el pasado no lleva más que a reproches, resentimientos y remordimientos; dirigen nuestro presente y condicionan nuestro futuro que aún está por construir. Este es uno de los puntos que más reflexión merece de toda esta carta.

Llamativa es la colcha que cubre la cama, dotando a la tétrica imagen de un toque colorista. Su diseño está compuesto de cuadrados que intercalan rosas rojas con símbolos astrológicos, representando los deseos y pasiones, por un lado, y las influencias astrales por otro. Pero solo cubre a nuestra doliente figura hasta la cintura, tal vez eso quiera decir, que solo siente la protección que simboliza esa colcha en las partes más básicas de su vida, en lo más material, mientras de cintura para arriba, donde se alojan simbólicamente los sentimientos y los pensamientos, no hay protección y esa “desnudez” implica sensación de desamparo.

En la base de la cama se aprecia un bajorrelieve en el que parece desarrollarse una escena violenta, tal vez una pelea o dos figuras batiéndose en un duelo. Como si quisiera decir al ocupante de la cama: “Tendrás que luchar para recuperar tu armonía y salir del dolor que ahora te atenaza”.

Tengo que confesar que para mi esta es una de las cartas más “antipáticas” del Tarot, a lo largo del tiempo he ido comprobando que cuando aparece en una lectura no suele augurar nada bueno, pero ¡ojo!, como suelo repetir con cierta insistencia, las tiradas deben leerse en su conjunto, y siempre hay matices, dependiendo de la posición que ocupe y las cartas circundantes, podremos entender tanto el alcance de su significado como el ámbito y circunstancias en las que se ha de interpretar. Y, como también suelo repetir, no se trata de quedarse solo en lo que pueda augurar, si no ver cómo podemos dar la vuelta a la situación, que alternativas podemos buscar.

Y aquí es necesaria una aclaración. El Nueve de Espadas, no tiene por qué representar un fallecimiento, es muy raro que una sola carta represente tal evento, normalmente tiene que ser la conjunción de varias cartas y, en todo caso, esta carta podría llegar a augurar (en casos muy concretos) el fallecimiento de alguien cercano, no el propio fallecimiento.

Significados generales: Desesperanza, sufrimiento, desesperación. Trastornos del sueño. Luchas internas. Miedo, angustia. Venganza. Envidias, calumnias. Separación. Pérdida de empleo. Falta de popularidad en el ámbito laboral. Fin de una amistad o de un amor. Preocupación por un ser amado. Miedos más mentales que reales.

Invertida: Llanto. Desconocimiento de los males que nos afectan. Vergüenza. Tristeza, desesperación. Dolor. Pérdidas. Sospechas sobre alguien cercano que se confirman.  Detención, cautiverio. Remordimiento. Problemas psíquicos. Miseria. Ruina. Suicidio.

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