Nuestro amigo Gumppenberg, que tenía un ojo innegable para todo lo que pudiera comercializarse con éxito, se fijó en Carlo della Rocca, un artista un tanto barroco, pero que sería el autor de uno de los mazos más famosos de la Reggia Fabrica. Esta baraja se conoció en su época como el Tarot Soprafino.
Esta creación es del año 1.835 y se basa en el Tarot de Marsella. Como novedad, se introdujo la utilización de planchas metálicas en sustitución de las habituales de madera, que permitían entretenerse más en los detalles del dibujo, de ahí el sobrenombre de Soprafino. Según parece, las cartas fueron coloreadas a mano y se utilizaron para tal fin doce colores.