Esta carta es especialmente luminosa. Podríamos dividirla en dos mitades claramente diferenciadas: la superior es un radiante semicírculo, tal vez un arco iris, conformado por diez copas. La parte inferior es un paisaje terrenal idílico, una pareja con dos niños que juguetean, ante lo que bien podría ser una casita de campo, rodeada de árboles junto a un río.
Como suele decirse, tras la tempestad viene la calma; el arco iris aparece en el cielo después de la lluvia, cuando el cielo comienza abrirse y vuelve a brillar el sol. Como señaló Rachel Pollack, el arco iris representa la alianza de Dios con los hombres tras el diluvio universal, simbolizando su compromiso de no volver a castigar a la humanidad con otro diluvio.